Yo Fernando Leal Ibarra, nacido el 17 de septiembre de 1954, comparto mi biografía de vida en un resumen de lo que viví durante 59 años, antes de iniciar el proceso:
Vengo de una familia de estrato medio, bastante numerosa, 12 en total conmigo, siendo el último de todos; fui criado en un ambiente de desamor, ya que como éramos hartos, mi papá madrugaba y llegaba tarde, mi mamá a toda hora en la cocina cocinando para ese batallón, entonces no había mucho diálogo con ellos, nunca una palabra de amor, comprendiendo que ellos se escaparon muy jóvenes de sus hogares, ella con trece años y él con 18, según ellos en hogares con régimen militar, sobre todo para la mujer, porque en esa época a ellas solo las criaban para que hicieran los oficios de casa y cuando se casaran era hacerle caso al esposo y para tener hijos, sin derecho a decir algo, de ahí parte que a ellos tampoco les dieron amor y fueron criados en un total desamor y así lo hicieron con nosotros, un aprendizaje que viene de generación en generación.
Partiendo de este aprendizaje que me tocó, la verdad que a pesar de ser bastantes hermanos, con ellos tampoco hubo un diálogo, un consejo, me levanté muy solo, en un mundo lleno de miedos, de complejos, de tristeza, de desamor, muy tímido, además aprendiendo lo de los mayores, a ser machista, los escuchaba decir que para ser hombre había que tener mujeres a granel, que había que hacerle de todo, o sea me levanté en un ambiente morboso y así lo practiqué durante años y años, era el pan de cada día, desde mis pensamientos me acosté con la mayoría de mujeres, además que por mi timidez me era difícil hablarles a ellas, me enredaba y eso me llevó a crearme fantasías que yo solo me las creía y esto me sucedió porque crecí con esos complejos de inferioridad, que no era merecedor de que me pasaran cosas buenas, que eso era para los demás, yo vine a este mundo a sufrir, la suerte es para ellos, a mí nada bueno puede pasarme y esto me llevó a hacer cosas que no debía para ser aceptado en los grupos, no me importaba pasar por encima de mí con tal de estar bien con los demás, y cometí muchos errores y uno de ellos fue ya de casado, en mi corazón estaba el respetar a mi esposa y en mi voluntad era hacer lo que hacían los demás, que un hombre es infiel por naturaleza, que si no tiene más mujeres es porque es marica, se casó por disimular o que la mujer se la tiene montada y esto me llevó por no sentirme menos que ellos y que si era muy hombre a conseguir mujeres fuera de mi hogar, repercusiones dolorosas ya que como dice el dicho, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, en la casa se enteraron que había otra mujer y una hija, esto fue el acabose para mi esposa, porque me perdonaba que tomara, que me la pasara jugando fútbol, pero tener un hijo por fuera del hogar, para ella fue durísimo, diciéndome que si no me podía dar más hijos para que yo hiciera eso, en fin, fue algo caótico tanto con mi esposa como con mis hijos, entonces vino ese sentimiento de culpa y fue cuando de corazón le pedí al Padre que me ayudara a salir de ahí y la ayuda llegó con el tiempo, cuando mi hija me habló del proceso, del ejercicio del perdón, claro al principio no le creí, pensé que le habían lavado el cerebro, sin embargo, con el tiempo empecé a ver los cambios en ella y sobre todo cuando llegó a pedirme perdón y que quería cerrar ese capítulo, ahí como se dice quedé frío y le dije, al contrario soy yo el que debo pedirle perdón con todas estas embarradas que he cometido y me dijo papá aproveche esta oportunidad y haga lo mismo y verá cómo siente esa paz que tanto anhela, lo dudé mucho y le di vueltas dos meses para hacerlo, cuando tomé la decisión de escribir el libro de mi vida de todo eso negativo que había vivido, cuando terminé y quemé, sentí como si me hubieran arrancado algo de mi pecho y me sentí extraño, una tranquilidad, una paz en mi corazón que nunca había registrado y cuando comencé a cerrar los capítulos con cada uno de los seres que habían pasado por mi vida, fue algo maravilloso, no hay palabras cómo explicar lo que se siente; aquí la invitación es a que lo vivan, se den esta bonita oportunidad de ser almas libres, porque a partir de ahí, me conocí y mi vida dio un giro de 180 grados, ahora vivo agradecido con el Creador que me quitó este velo y veo la realidad en la que vivo, sé que me faltan cosas por corregir, ya que este aprendizaje del mundo lo tenemos muy arraigado y no es fácil desprenderse, más no es imposible lograrlo, con perseverancia todo se logra. Este pequeño resumen es mi testimonio de lo que ha pasado en mi vida antes de y ahora a raíz de que inicié el proceso y el resultado que veo. Gracias.
Fernando Leal Ibarra